Oigo en mi interior un ruido. Quiere salir, pugna por ello.
Espero y observo a que ese ruido vaya tomando forma.
Es un animal, mas bien una bestia, que intenta abrirse paso por mis entrañas y no le importa destruirlo todo a su paso.
Entonces sucede: empiezo a golpear con furia, no me detienen sus gritos de dolor.
Su piel frágil se resquebraja bajo mis golpes.
Torrentes de sangre carmesí brotan por sus grietas. Oigo sus súplicas pero no las escucho, ella me domina.
Todo ha acabado, mis manos están cubiertas de sangre y el esta muerto, ahora ella puede volver a dormir en paz.
Hasta que alguien la vuelva a llamar
Bueno, ya me direis que os parece ^^
1 comentario:
Genial. Me encanta que pongas poemas :)
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